Una pregunta pertinente

Señora Valèrie Trierweiler:

Me alegro de verla recuperada y con buen aspecto en esta foto de su viaje a India que incorpora la información sobre el mismo de La Razón en su edición digital de hoy. Por lo que hasta ahora ha trascendido, despierta usted mi simpatía y admiración.

Es dramático lo que le ha ocurrido. Su reacción conocida revela que para usted su pareja era algo verdaderamente importante.

Cabe imaginar que tendría un proyecto bien diseñado en su cabeza para disfrutar de manera privilegiada de su compañía, mientras ocupara la presidencia de la República, ayudándole a mantener el estado de ánimo sereno, lúcido y enérgico necesario para desempeñar esa labor con la máxima dignidad y eficacia, y tras este servicio al Estado, más adelante para compartir con él su progresivo envejecimiento, regalándole su lozanía y elegancia, alimentando sus recuerdos, llenando de miradas cariñosas y conversaciones inteligentes el transcurso de su cotidianidad.

Es probable que usted tenga plena conciencia de ser una mujer en la plenitud de su atractivo y no estuviera dispuesta a considerar que su pareja pudiera ponerlo en cuestión. ¿Quizá se confió y dejó que la idea de que éste era un hombre distinto al arquetipo de los hombres que siempre están alerta al atractivo de las mujeres en edad procreativa, anidara en su percepción de la realidad? Puede que influyera en su confianza también el especial marco protocolario y de seguridad al que obligadamente estaban sujetos. O quizá no, simplemente depositó su confianza de enamorada en las buenas intenciones manifestadas por él en alguna ocasión implícita o explícitamente.

En principio, por tanto,  parece que usted no vio venir lo que iba a ocurrir, que lo desconocía por completo,  y esto tiene una gran importancia.

Françoise Hollande, ya oficialmente su ex pareja, es el actual Presidente de la República Francesa, y en la comparecencia ante la prensa, estando aún usted hospitalizada, mantuvo a raya con gran determinación los intentos de socavar su intimidad apelando a la necesaria y conveniente separación entre la vida pública y la privada. Comparto esta opinión, de larga tradición laica y republicana, pero como casi todo lo que pone norma a nuestro comportamiento como ciudadanos, tiene unos límites bien definidos, es decir, no se entiende ni debe entenderse en términos absolutos. La vida familiar es vida privada, pero no creo que disintiéramos si lo calificáramos de público el hecho de que cualquiera de los dos hubiera sometido al otro a una violencia indeseada, aunque esto hubiera ocurrido en la soledad de su dormitorio.

Pues bien, el hecho de que usted no estuviera al tanto de que su pareja le estaba siendo infiel desde hacía muchas semanas, aun siguiendo siendo un asunto privado, tiene un aspecto público que yo aprecio y es un agujero de buen tamaño en la confiabilidad del señor Hollande. No soy  su votante directo, dada mi españolidad y el hecho de no estar empadronado en Francia que quizá pudiera permitírmelo, pero dada también la capacidad de influencia que en Europa tiene el llamado eje franco alemán, me siento sin duda alguna concernido por la actuación política del Presidente francés, y creo que tengo motivos para pensar que si  ha sido capaz de engañarla, sin más calificativos, igualmente capaz será de mentir y engañar a su electorado, al pueblo francés y por extensión a mi. Aceptar esto conlleva, además, desconfianza hacia su valor para hacer frente a situaciones emocionalmente difíciles, y hacia su capacidad para tomar decisiones en el momento adecuado, los dos hechos que han quedado al descubierto.

Por todo ello, discúlpeme la pregunta, que no tiene un fin curioso o entrometido, sino puramente práctico de conocer lo mejor posible como político a quien de alguna manera su comportamiento en el ejercicio del poder también me afecta: ¿Nunca él le habló de la relación que mantenía con la actriz Julie Gayet?

2 pensamientos en “Una pregunta pertinente

  1. Hola!

    Yo creo que el Sr. Hollande pertenece a ese grupo de hombres que no conciben la vida sin tener una aventura al margen de su pareja. Y por ello seguro que traiciona a sus mujeres «estables» pero nunca se traicionará a sí mismo. El sabe lo que quiere. Y lo cierto es que, aparentemente, no tiene un aspecto que seduzca, pero algo tiene que tener cuando se está publicando su «perfil» 😀

    http://www.revistagq.com/articulos/presidente-francia-hollande-infidelidad/19311

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    • Sabido es que el sentido del humor es un poderosísimo factor de atracción para las mujeres inteligentes, lo que concuerda con el artículo que aportas. Pero, desde luego, la pregunta frívola que todos nos hemos hecho es qué sería aquello que las da para despertar tanta pasión amorosa. Quizá venga a cuento aquí aquello de la erótica del poder…

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