Esperaba más comprensión. Se dio media vuelta en cuanto percibió el gesto de desaprobación. Sólo un momento de reflexión hubiera bastado para que le miraran con otros ojos, pero no lo consiguió. La pirueta había quedado truncada en medio del vuelo. El vacío se apoderó de su frágil ánimo. Notó como se le hacía difícil respirar mientras se alejaba sin volver la vista. Alcanzó la calle y se desdibujó entre las personas que en ese momento de hora punta transitaban apresuradas.